La cataplexia, también conocida como cataplejía, es una afección que genera la parálisis de la musculación transitoria, lo que disminuye la calidad de vida de las personas que la padecen. Está vinculada con la narcolepsia, una de las patologías crónicas que se caracteriza por los trastornos del sueño y la debilidad generalizada.
Las alteraciones del sistema que regula el ciclo de sueño o vigilia, son una de las responsables de los síntomas de la narcolepsia, pues el sueño normal, se asienta en una fase de movimientos oculares no rápidos, conocidos como NREM y otra de movimientos rápidos REM, en la cual el cuerpo se mantiene ausente de forma temporal mientras dormimos. La disociación del sueño, hace que la cataplexia sea el resultado de la intromisión en la fase REM durante la vigilia, por lo que la deficiencia de la sustancia de inhibir el sueño, promueve mantener la parálisis temporal aun cuando la persona está despierta.
Algunas emociones intensas tales como la alegría, la risa, la sorpresa, la excitación y la ira, o estados de estrés y falta de sueño, también suelen desencadenar el estado de la cataplexia e intensificar su cuadro. Otras enfermedades que pueden dar lugar a la cataplexia son:
- Encefalitis paraneoplástica.
- Enfermedad de Norrie.
- Epilepsia.
- Narcolepsia secundaria.
- Enfermedad de Newman Pick de tipo C.
Los síntomas de la cataplexia en la mayoría de las personas que lo padecen, suelen aparecer a la vez que aparece el insomnio. Por otro lado, los episodios de la debilidad muscular, pueden aparecer de forma súbita y afectando tanto a un músculo como a un grupo muscular en concreto. La cataplexia, tiene un tiempo de duración entre uno y dos minutos, y puede revertirse de forma espontánea.