La cordocentesis ha sido una gran aliada de la medicina y de las mujeres gestantes desde que se creó, puesto que, gracias a ella, y a pesar de sus riesgos, ha permitido detectar a tiempo ciertas enfermedades en los fetos e incluso salvarles la vida.
Pese a que sigue siendo una prueba médica que se realiza con cierta frecuencia, lo cierto es que los profesionales sanitarios intentan llevarla a cabo siempre como última opción, intentando primero la amniocentesis y la recogida de vellosidades coriónicas, puesto que los riesgos de estas pruebas son mucho menores.
A continuación, vamos a explicarte en qué consiste esta técnica, cuándo se realiza y cuáles son sus riesgos.
¿Qué es la cordocentesis?
La cordocentesis es una técnica invasiva en la que se extrae sangre del cordón umbilical del feto cuando hay motivos para pensar que existe una patología grave que pueda afectar a la gestación o al óptimo desarrollo del bebé. Por norma general suele realizarse a partir de la semana 18 de embarazo, es decir, en el segundo trimestre, y sólo se lleva a cabo cuando no existe otra forma de poder hacer el diagnóstico, el seguimiento o incluso el tratamiento.
¿Para qué sirve la cordocentesis?
La cordocentesis sirve para poder llevar a cabo un análisis citogenético completo del feto. Se realiza cuando el ginecólogo ha detectado que existe alguna anomalía estructural, una disminución de plaquetas, anemia fetal, alguna causa infecciosa o inmunológica o para obtener una muestra de cariotipo fetal.
Dicha prueba conlleva muchos riesgos, incluso la muerte del feto, por lo que sólo se realiza como última opción y cuando el resto de las pruebas existentes, como la amniocentesis, no pueden ayudar.
Con esta técnica es posible, también, suministrar medicamentos directamente al feto, por lo que es una técnica que requiere de mucha precisión por parte del especialista que la lleva a cabo.
¿Cómo se realiza la cordocentesis?
La cordocentesis requiere de un especialista bien formado y preciso para poder llevarse a cabo.
Es una técnica invasiva que puede conllevar riesgos muy importantes, por lo que no la puede realizar cualquier médico y, tampoco, hacerse sin un motivo de peso que sea lo suficientemente importante como para compensar el riesgo.
La recogida de la muestra se lleva a cabo de forma ambulatoria y con una punción abdominal de la mujer embarazada. Todo el proceso requiere de medidas estrictas como si se fuera a realizar una intervención quirúrgica. De este modo, se evitan los riesgos de infecciones.
Se utiliza una ecografía detallada con la que se marca el lugar exacto en el que el cordón umbilical sale de la placenta. Una vez se ha detectado, se lleva a cabo la punción en ese punto concreto, puesto que es la zona que menos se mueve.
Siguiendo la imagen a través de la ecografía, se introduce la aguja por la pared abdominal hasta los vasos sanguíneos del cordón evitando, en todo momento, tocar las arterias.
Una vez se ha conseguido meter la guaja, se extraen alrededor de 1 o 2 mililitros de sangre y se retira la aguja rápidamente.
La madre debe permanecer, durante todo el proceso, lo más relajada y quieta posible y, en algunas ocasiones, es probable que el médico considere necesario administrar un relajante muscular al feto para evitar que éste se mueva y pueda haber complicaciones.
Una vez finalizado todo el proceso, es cuando se llevan al laboratorio las muestras extraídas y, el primer paso que se debe dar es comprobar que la sangre recogida sea realmente fetal y que por error no se haya obtenido la de la madre.
¿Cuáles son las complicaciones más frecuentes de la cordocentesis?
Los riesgos de la cordocentesis, como hemos dicho, pueden llegar a ser letales. Es por ello por lo que, sólo hay que realizarla si es absolutamente imprescindible y siempre bajo la supervisión de un buen especialista. Además, debes saber que aunque el médico te recomiende esta prueba, la última palabra la tienes tú. Es decir, sólo se llevará a cabo si estás completamente segura de que quieres hacerla.
Algunas de las complicaciones o riesgos más comunes son:
- El sangrado del feto suele ser la complicación más frecuente. Si es muy grave, el profesional médico puede recomendar que se lleve a cabo un reemplazo de hemoderivados en el feto.
- La aparición de un hematoma en el cordón umbilical durante la cordocentesis, o incluso posteriormente. Si esto sucede es probable que no suceda nada más, que el bebé no muestre síntomas y que se disuelva de forma natural al poco tiempo. Pero también es posible que, en algunos casos, la frecuencia cardíaca del feto disminuye durante un breve periodo de tiempo. Si la situación empeora y no se recupera la frecuencia cardiaca, el médico especialista puede llegar a recomendar que se practique una cesárea de urgencia.
- Aunque no es muy común, también puede darse una infección uterina o en el propio feto.
- El sangrado fetal con traspaso a la madre puede ocurrir, ya que la sangre del feto se introduce en la circulación de la madre. Esto ocurre, normalmente, cuando la placenta está en la parte posterior del útero.
- En los casos más extremos, en los que la madre tiene algún tipo de infección, como una hepatitis o el VIH, esta prueba puede contagiar al bebé.
- Por último, una de las complicaciones o riesgos de la cordocentesis, es la muerte del feto y, por tanto, la pérdida del embarazo. Es por ello que antes de realizarla, los especialistas prefieren llevar a cabo otro tipo de pruebas menos peligrosas.
Por ello, es imprescindible contar con un buen seguro que cubra todas las necesidades que se requieran durante esta etapa y, además, tener la seguridad de poder acudir a médicos especialistas que puedan llevar a cabo técnicas tan precisas como, por ejemplo, la cordocentesis.