Ahora mas que nunca, echamos de menos los abrazos y todo tipo de acercamiento con nuestros seres queridos, por lo que hemos aprendido a valorar lo importante y curativo que puede resultar un abrazo en un momento determinado. Para los niños, los abrazos forman parte del desarrollo de su personalidad, ya que van conociendo las emociones y los vínculos más importantes.
La mayoría de las personas, somos seres sociales y necesitamos las interacciones y las conexiones constantes con otras, para desarrollar los estados de ánimo, vivencias conjuntas o sensaciones entre otras cosas. Pues bien, de igual forma, los abrazos para los niños, ayudan no sólo a desarrollar sus sentimientos y estado de ánimo, sino que también, incrementan su autoestima, ya que toman conciencia de que son importantes para alguien y notan que tienen un apoyo duradero.
Al nacer, somos unos seres indefensos y nuestros padres son aquellos que nos llenan de seguridad, mediante el contacto de piel con piel, que se logra mediante los abrazos, generando un conocimiento entre ambos y perdiendo los primeros miedos. Los abrazos para los pequeños del hogar, son importantes para que su crecimiento, esté exento de sentimientos reprimidos y libre de la sensación de estar desprotegidos.
Este contacto directo, es fundamental para que en el comienzo de su recorrido en la vida, no se sientan estresados o cohibidos ante la presencia de otra persona, por lo que los abrazos, les aportará la curiosidad de buscar a alguien para generar una convivencia y alejar todo lo posible la sensación del rechazo.