El embarazo, forma parte de las etapas más bonitas y trascendentales para la vida de una mujer, pero también, se trata de una de las experiencias que generan incertidumbres sobre todo para aquellas que sean primerizas. Todo el proceso de embarazo, se completa por un periodo de cuarenta semanas, las cuales van agrupadas en tres etapas con características específicas.
En el primer trimestre, su característica principal se basa en la presencia de los distintos cambios hormonales que se producen en la mayoría de los sistemas que componen el cuerpo. Se presentan síntomas que requieren una modificación de tareas y rutinas diarias, ya que se suelen producen náuseas, cambios en el ánimo y numerosas molestias.
El segundo trimestre, suele ser mas fácil de sobrellevar, ya que los cambios hormonales se han empezado a estabilizar y las náuseas empiezan a disminuir. En ésta etapa, el abdomen empieza a aumentar, los primeros dolores de espalda pueden ser más elevados y aparecen las estrías o las manchas en el rostro, pudiendo sentir hormigueos, inflamaciones en los tobillos, dedos y en el rostro. Una de las características más emocionantes que tiene este periodo, es el conocimiento del sexo del bebé.
En el tercer trimestre, los síntomas del anterior pueden incrementarse, teniendo además la sensación de falta de aire, la aparición de hemorroides, las dificultades para dormir, y la acidez estomacal. La sensación de fatiga, también va en aumento y es posible que el aumento de peso, pueda causar problemas en la movilidad.
Finalmente, todo lo que conlleva el embarazo, así como sus etapas, son superables, ya que el bebé está completamente formado y la impaciencia tanto de éste por nacer, como el de la madre por descubrir su rostro, es un momento especial y muy deseado tras haber esperado todo este tiempo.