Ambos tienen una relación que los unen, pero debemos saber que no son iguales y tienen diferencias que caracterizan a cada uno, aunque suelen ser difíciles de definir.
Las emociones, tienden a referirse a los estados intensos, que se generan por unos estímulos ya sean internos o externos, mientras que por otro lado, los sentimientos contienen procesos cognitivos más duraderos. Generalmente las emociones, suelen ser pasajeras sin depender de ningún proceso cognitivo, como por ejemplo la rabia, la alegría, la culpa, la tristeza o la sorpresa. Los sentimientos sin embargo, tratan de unir una emoción con funciones que superan los pensamientos, ya que para sentir primero debemos expresar una emoción fuerte, derivando sentimientos positivos como la felicidad o negativos como la tristeza o los celos.
Tanto las emociones como los sentimientos, son habituales en nuestro día a día, ya que no se pueden evitar, al igual que no se puede expresar todo lo que sentimos. Para que contribuyan a la salud, debemos aceptar todas aquellas emociones y sentimientos que nos generen la felicidad y evitar aquellas que nos hagan actuar en el primer impulso.