Actualmente, estamos acostumbrados a ser relativamente observados, pues el uso de las redes sociales, revelan mediante fotos instantáneas, lo que estamos haciendo en cada momento. Sin embargo, muchas personas temen esta exposición de imagen, confundiendo su miedo con timidez, cuando puede ser algo más, como el miedo ser observado también conocido como escopofobia.
Este miedo genera un malestar más incómodo que si de timidez se tratase, pues como parte de otras fobias, tiene como consecuencias un impacto importante en el día a día de las personas que lo padecen. Concretamente, la escopofobia, conlleva un miedo incontrolable e irracional, aunque la persona intente olvidarlo. Se caracteriza por el miedo que existe de forma persistente e intenso al ser mirado por otra persona, por lo que se asocia a las fobias sociales pero de forma determinada, ya que esta fobia, parte de un miedo hacia algo en concreto.
Los síntomas que se presentan con el miedo a ser observado, son muy parecidas al resto de fobias, como las taquicardias, los temblores en la voz y en el cuerpo, dificultades cognitivas, malestares digestivos… Al ser un trastorno que limita la vida de las personas que lo sufren, se recomienda consultar con la ayuda de un profesional, pues abordarlo lo antes posible, permitirá seguir con la vida cotidiana.
Los tratamientos actuales que existen para abordar la escopofobia, se basan en las terapias cognitivas conductuales. Una de ellas es la exposición graduada ante aquello que se evita, gracias a que con ella, se va superando el obstáculo de forma paulatina.