Este tipo de artritis, conocida comúnmente por Artritis Idiopática Juvenil (AIJ), como podemos intuir por su nombre, afecta tanto a niños como adolescentes, provocándoles inflamación en las articulaciones, dolores, rigidez y la pérdida de movimiento. Aunque pueda afectar a cualquiera de las articulaciones, suele ser frecuente que afecte sobre todo a las manos, a los pies y a las rodillas, pudiendo afectar también en ocasiones, a algunos órganos internos.
Uno de los síntomas que puede servir para identificar dicha afección, es el cojeo al despertarse por las mañanas, pudiendo aparecer de forma intermitente, por lo que se denominan crisis. En algunos casos, los niños pueden tener una o dos crisis al día, mientras que otros, pueden tener una crisis cada dos días o una vez a la semana y otros, tienen síntomas permanentes, los cuales no desaparecen.
La artritis idiopática juvenil, puede causar problemas en en el crecimiento e inflamación ocular, en algunos de los niños que lo padezcan. Aunque no se conozca con precisión el origen que lo causa, en la mayoría de los tipos se observa que son a causa de trastornos autoinmunes, por lo que su sistema inmunitario, el cual habitualmente ayuda al cuerpo a combatir las infecciones, ataca a sus propios tejidos.
Su diagnóstico puede resultar complicado, por lo que el médico, somete al paciente a exámenes físicos, radiografías y a pruebas de laboratorio, con el fin de encontrar una señal producida por la artritis. Para tratarla, se puede optar por las estrategias para aliviar el dolor y las inflamaciones producidas, mediante fármacos antiinflamatorios, antirreumáticos y agentes biológicos, o mediante terapias dirigidas por fisioterapeutas dotados para ellos, y por último en casos de mayor gravedad, es posible que se requiera la cirugía, para mejorar en funcionamiento articular.