La leche es uno de los productos básicos en la cadena alimenticia y un gran alimento en nuestra dieta, aunque en España su consumo es por debajo de lo recomendado. Son múltiples propiedades que contiene, como su bajo índice calórico, sus nutrientes, la contribución que tiene al desarrollo de nuevos tejidos o su efecto de digestión, pero aun así, es uno de los alimentos que más se revisan y más se especulan en cuanto a la generación de mitos. Por esto, conviene desmentir los mitos más populares sobre uno de los alimentos que nos acompaña en nuestro día a día:
- «Debe consumirse solamente durante la infancia». Esta claro que los bebés y niños deben tomar leche, puesto a que contiene una gran cantidad de calcio para su desarrollo óseo. No obstante, este alimento no se dirige únicamente a este conjunto de la población, ya que para los adultos y mayores, también presenta beneficios, como la regulación del ritmo cardíaco, el control de la presión arterial y el colesterol… Con lo que podemos decir que este mito, es falso.
- «Es mejor consumir leche sin lactosa». Dependiendo de para quién es mejor elegir un tipo de leche u otro, lo que es una ventaja dado a que permite personalizar su consumo. Esto no quiere decir que la leche sin lactosa sea mejor que la normal, ya que no hay porque consumir un tipo en concreto si no se desea.
- «Contiene mucho azúcar y produce caries». Una de las cosas mas importantes a tener en cuenta, es que a leche contiene azúcares naturales y no añadidos. Para confirmar si tomamos un tipo de leche con azúcar natural o añadido, basta con mirar la etiqueta y el listado de ingredientes. En cuanto a la producción de caries, es uno de los mitos más antiguos, es falso debido a que como decíamos anteriormente, sus azúcares como la lactosa son naturales y lo único que aporta a los dientes es un beneficio clave para la formación y conservación de los dientes.
- «Produce intolerancias». No existe evidencia científica que respalde esta afirmación, por lo tanto es falso. Otra cosa muy distinta, es desarrollar una intolerancia que impida el consumo de lactosa o incluso por el desarrollo de alergias.
Estos mitos sólo son cuatro de los tantos que existen, por lo que si tienes dudas acerca de sus propiedades y sus efectos en tu salud, conviene que visites a alguien con experiencia en la alimentación, para que pueda ayudarte en solucionarlas.