El chupete, es un gran compañero para la mayoría de los bebés y un gran aliado de los padres, pero llegado el momento, resulta complicado quitárselo a los bebés. Por ello, en este artículo te ofrecemos una serie de consejos para que a los bebés les resulte más fácil abandonar para siempre, su chupete. Como mencionábamos al principio, el chupete es un gran aliado de los padres ya que ayuda a relajar y tranquilizar a los bebés. Aunque su uso esté recomendado por muchos pedíatras, su utilización debe comenzar tras una insaturación de la lactancia materna.
Tal y como aconseja la Asociación Española de Pediatría, es recomendable quitar el chupete tras el primer año del bebé, debido a que a partir del primer año, el síndrome de la muerte súbita es excepcional y ya no es tan necesaria la protección que realiza el chupete para ello. No obstante, todos los padres saben que los bebés utilizan el chupete durante más tiempo, por lo que si se utiliza tras el primer año, es importante tener en cuenta que sobre los dos años, es aconsejable deshacerse del mismo, para evitar problemas dentales. A continuación, nombramos los consejos a tener en cuenta para decir adiós al chupete de nuestros bebés:
- «Pierde» el chupete. Este es un método muy utilizado por todos los padres para deshacerse del chupete. Aunque a los hijos les resulte complicado de entender que el chupete se ha perdido y no va a volver, debemos tener paciencia y aguantar los enfados hacia ellos, pues para ello, hay que ayudarles con mucho cariño para acostumbrarse a no tenerlo.
- Quítaselo de forma progresiva. La técnica de permitirles el uso del chupete durante determinados momentos, también puede ser muy útil para que vayan olvidándose de él.
- Haz un regalo. Una de las tácticas más efectivas, es proponer al niño o niña que deje el chupete de regalo para los reyes magos, para el ratoncito Pérez o para cualquier otro personaje que le guste, para que éstos, le regalen otro obsequio a cambio.
En resumen de lo explicado, se debe tener en cuenta que los niños usan el chupete, por la razón de que nosotros como padres se lo ofrecimos, por lo que hay que tener paciencia para quitárselo.