Estos días pasados de Semana Santa, hemos disfrutado del sol en la mayoría de las comunidades autónomas de nuestro país, ofreciendo una temperatura ideal para pasar el día en playas, ríos, parques… No obstante, también tiene su parte negativa, como son las quemaduras en la piel producidas por los rayos que emite el mismo, tras no haber empleado una crema de protección solar. Tras sufrir estas quemaduras solares, conviene saber que tipos existen y cual es el cuidado o tratamiento adecuado para cada una.
Mayoritariamente, las quemaduras suelen ser a causa de la exposición continuada al sol, o por el contacto con fuentes de alta temperatura. El primer caso, es el mayor detonante de las quemaduras, teniendo una clasificación según su grado y extensión. Los tipos de quemaduras que existen según su extensión, puede ser:
- Menores: cuando las quemaduras, afectan a una superficie de hasta el 10% del total de la superficie corporal.
- Moderadas: cuando las lesiones por quemaduras son entre un 10% y un 20% del cuerpo.
- Graves: se consideran graves a aquellas quemaduras que representan más de un 20% de la superficie corporal.
La clasificación según el grado, se corresponde con:
- Primer Grado: son las consideradas de menor gravedad, tratándose de lesiones que afectan únicamente a la capa externa de la piel. Suelen ser la que causa enrojecimiento, picazón e hinchazón.
- Segundo Grado: este grado, indica que la quemadura ha afectado tanto a la capa externa como a la segunda capa de la piel, denominada dermis, y se subdivide en superficiales o profundas. Suele causar los mismos síntomas que la anterior, más la formación de ampollas y un dolor más intenso.
- Tercer Grado: se consideran mayores, debido a que destruyen todo o o gran parte del espesor de la piel. Representa signos como escaras blanquecinas, coloración pálida, destrucción de terminaciones nerviosas, escaras ennegrecidas por tejidos carbonizados y zonas con tejidos y vasos coagulados.
Sea cual sea el tipo de quemadura que se experimente, lo importante es acceder a un tratamiento y cuidado efectivo y acorde a cada caso. Con un cuidado adecuado, las quemaduras de primer y segundo grado, suelen avanzar con buen pronóstico, sin dejar cicatriz. En el caso de las quemaduras graves, debemos tener en cuenta que se tratan de emergencia médica, ya que puede requerir algún tipo de abordaje clínico y dicho esto, debemos buscar atención lo antes posible.