En verano, no sólo debemos protegernos del sol cuando vamos a la piscina o a la playa, sino que lo debemos hacer siempre y cuando vayamos a estar bajo el mismo, ya sea trabajando o dando un paseo. Y no sólo debemos protegernos antes de exponernos al sol, sino que durante la exposición y tras ella también debemos tener en cuenta una serie de cuidados para que nuestra piel y bronceado, sean lo más saludables posibles, evitando molestias y problemas que causan los rayos UV del sol.
Veamos cómo proteger nuestra piel, antes, durante y después de la exposición solar:
- Primero, antes de la exposición solar como ya sabemos, es primordial proteger nuestra piel con lociones y cremas. Por otro lado, el depilarse el vello antes de la exposición, hace que la piel sea más propensa a irritaciones, al igual que aplicarnos productos con alcohol, que en contacto con la luz solar, pueden provocar manchas oscuras en la piel.
- Segundo, durante la exposición. No solo la piel sufre con el sol, sino que el cabello también, por eso es aconsejable cuidarlo usando protectores para el calor y manteniendo su hidratación en cada lavado con mascarillas. El maquillaje para tomar el sol, puede conllevar una serie de problemas altamente perjudiciales para tu salud cutánea. Por último, ya que al sudar, se pierde una cantidad de líquidos importante, no debemos olvidar llevar agua y así evitar una posible deshidratación.
- Tercero, tras la exposición. Este paso no debería de pasar por desapercibido, ya que después de haber tomado el sol, es necesario aclarar el cuerpo con una ducha, para refrescar el cuerpo y experimentar una sensación de alivio. Otro consejo, es la aplicación de aftersun, pues permite calmar la piel en caso de haber sufrido quemaduras y aportar con ellas frescura a la zona.
Además no podemos olvidar de los distintos accesorios que podemos incluir en nuestros atuendos como, sombreros, gorras, gafas y otras prendas para mitigar los riesgos de la exposición solar.