Con el fin del verano, también finaliza la temporada de muchas frutas refrescantes y dulces. No obstante, en septiembre aún podemos disfrutar de las ciruelas, de la cual existen más de doscientas variedades agrupadas por su procedencia o por su color. Las más habituales que encontramos son: la ciruela amarilla, la ciruela europea y la ciruela japonesa. Como otras frutas, la ciruela también tiene un gran contenido en agua y gracias a sus componentes, podemos obtener diferentes propiedades saludables:
- Potasio: para un correcto funcionamiento del sistema nervioso. Ayuda a mantener un ritmo cardíaco constante y a la contracción de los músculos.
- Vitamina A: es la que más abunda en las ciruelas, sobre todo en aquellas que tienen una piel más oscura. Es la vitamina que contribuye al sistema inmunitario, a los órganos y a la vista.
- Vitamina C: es esencial para la formación y mantenimiento de los tejidos y para favorecer la absorción de hierro. Es un gran antioxidante que reduce el daño causado por los radicales libres.
- Vitamina K: este nutriente es determinante para la coagulación de la sangre y para la salud ósea.
- Fibra: gracias a su contenido en fibra soluble y no soluble hace que la ciruela sea una gran aliada para mejorar el tránsito intestinal.
Las ciruelas podemos consumirlas de distintas formas, en mermeladas, compotas, frescas o incluso secas, conocidas como ciruelas pasas. Estas últimas podemos disfrutarlas durante todo el año y secarlas nosotros mismos en casa, siguiendo el paso a paso de miles de recetas.