Nuestro sistema inmunológico, es la barrera que detiene a las bacterias para impedir que ataque y dañe a nuestra salud, pero debemos ser conscientes de que no siempre tiene la fuerza para levantar esa barrera contra agentes extraños para nuestro organismo, y cuando esto sucede que por suerte suele de forma excepcional, puede agravarse tanto los resultados como nuestra salud. Hay diversidad de trastornos que puede sufrir nuestro sistema inmunológico:
- Defectos inmunodeficientes. Impiden que el sistema inmune funcione por completo o de forma parcial. Ocasiona infecciones graves y continuadas, y pueden suponer un gran riesgo para nuestra salud.
- Enfermedades autoinmunes. Afectan al sistema inmune, de forma descoordinada, es decir, el grupo al que afectan, impide que se coordinen con el resto, teniendo como consecuencia un daño a los tejidos del paciente que lo padece. También ocasiona con enfermedades como la diabetes, la artritis reumatoide, enfermedades celiacas, esclerosis múltiple… Siendo una lista extensa de enfermedades.
Como consecuencia, es importante saber lo verdaderamente importante que resulta cuidar de nuestro sistema inmune, desde que nacemos, hasta lo largo de toda nuestra vida, por lo que la leche materna es el primer nutriente perfecto para las primeras defensas naturales que recibe, ya que son los anticuerpos maternos acompañados de sustancias protectoras. En la próxima publicación, veremos como podemos cuidar y fortalecer nuestro sistema inmune.