La crisis existencial no es una patología inventada, es uno de los fenómenos problemáticos más frecuentes, que no se asocian a condiciones materiales de la vida. Puede aparecer a cualquier edad y en cualquier momento, afectando también a personas con alto poder económico o social. La persona que sufre este tipo de crisis, siente que no sabe el camino que debe tomar en la vida, ni pueda visualizar las metas que quiera perseguir para alcanzar una autorrealización personal.
Esta crisis existencial, puede ser mentalmente muy agotadora y derivar incluso trastornos psicológicos, al no resolverse de manera efectiva. Una vez superada, puede percibir un crecimiento como persona y un cambio en su fortaleza, estando preparada para afrontar los obstáculos que puedan tener lugar en el recorrido de su vida.
Suele manifestarse con sentimientos fuertes de malestar psicológico, ya que la persona empieza a pensar y cuestionar la razón de su existencia en la vida. La crisis existencial o de identidad, ocurre en el momento en el que todo lo que parece estar bajo control, deja de estarlo, suponiendo un coste emocional y llevar a cabo una autorreflexión, ya que los recursos que se tenían en cuenta, han dejado de servir.
Para detectarla, puedes presenciar síntomas mentales como sensación de no ser comprendido, falta de sentido, sufrimiento por las injusticias sociales, y síntomas físicos, como el insomnio, el agotamiento o las alteraciones en la alimentación.