La depresión tal y como todos lo conocemos, se trata de un estado de ánimo pésimo y triste, el cual hace que la persona que la padece, no tenga ganas de realizar sus tareas cotidianas y perder el interés por cosas alegres y motivadoras. Pues bien, la depresión paralizante hace referencia al mismo estado que se presenta con una depresión, pero con la diferencia de producirse en este tipo de depresión, de forma más intensa, conllevando el aislamiento y el desánimo en todos los hábitos de la vida.
La depresión paralizante suele incluirse en el área de la salud mental aunque non conlleve trastornos psicológicos, ya que se caracteriza por un estado elevado de angustia, derivando como consecuencia, alteraciones a nivel neurológico. Cuando los neurotransmisores no están funcionando de forma adecuada, pueden tener consecuencias en la regulación del estado de ánimo en el cerebro.
Los síntomas que se presentan en la depresión paralizante, son diversos y variados, ya que no sólo pueden ser síntomas emocionales, sino que además pueden presentar problemas de incapacidad para tomar decisiones, pero los síntomas más característicos son: la pérdida de interés, pensamientos negativos, sensación de vacío, episodios de ansiedad y escasez de tolerancia ante situaciones complejas o estresantes.
Hay que tener en cuenta que como muchos de los problemas emocionales, esta depresión puede producirse a cualquier edad, incluso en los niños, por lo que es importante prestar atención a los síntomas y acudir a la ayuda de un profesional sanitario, para dar una solución en la mayor brevedad de tiempo posible y así prevenir cualquier tipo de problema que pueda dañar a la salud.