Este tipo de terapia con piedras, ya era utilizada en la antigua Roma en los baños, se tumbaban en piedras frías de mármol y las indias de América, también usaban piedras calientes para calmar los dolores producidos por la menstruación. Para esta terapia, se emplean piedras de diferentes tamaños y temperaturas, desde las más frías hasta las más calientes. Son unas piedras, cuyo tacto y aspecto, es suave y liso, haciendo uso principalmente de las piedras volcánicas, pues contienen una mayor cantidad de hierro que ayuda a retener por más tiempo el calor.
El masaje con piedras, consiste en colocar las piedras en distintas zonas corporales, de forma determinada, denominados los puntos energéticos, como por ejemplo la columna vertebral, las manos, la frente, el abdomen o los dedos de los pies, pues poniendo las piedras en estas zonas, se consigue provocar la dilatación de los vasos sanguíneos y linfáticos, para estimular la circulación. Debido al efecto que transmite esta técnica a la circulación sanguínea, se obtienen los siguientes beneficios:
- Estimulación del metabolismo.
- Alivio de dolores menstruales y de espalda.
- Reducción de los niveles de estrés.
- Consigue obtener un estado de relajación e inducir el sueño.
- Eliminación de toxinas.
Por último, se debe tener en cuenta que este tipo de terapia, no puede realizarse en algunas personas, por ello, se debe consultar previamente con un profesional y seguir las recomendaciones que el mismo pueda indicar.