Por muy inusual que parezca, el yoga acuático si existe, pues es una variante moderna del yoga tradicional que se practica con el cuerpo parcial o totalmente bajo el agua. Es una alternativa para aquellas personas que prefieren realizar ejercicio físico, sin tener un gran impacto en las articulaciones, pero con grandes beneficios para la salud, sin demandar mayor flexibilidad y consiguiendo relajarse.
El yoga acuático, se ha echo popular sobre todo como alternativa, para personas que son principiantes en esta actividad física o para aquellas que no pueden exigirse cierto nivel de flexibilidad. Gracias al efecto de flotación del cuerpo en el agua, cualquier tipo de persona puede practicar esta variante del yoga, incluso aquellas que padecen lesiones lumbares, en la zona cervical o en la espalda.
Pese a que la practica del yoga acuático es más fácil de realizar, no significa que tenga menos beneficios, ya que puede aportar ventajas como:
- Mejorar la aptitud respiratoria. El movimiento de piernas y brazos en el agua, junto a la presión de la misma sobre el cuerpo, ayuda a alcanzar un mejor ritmo en la respiración.
- Reducir la presión arterial. Suele recomendarse a personas que tienen riesgo de padecer en el futuro, problemas cardiovasculares.
- Reducir el porcentaje de grasa corporal. Muchos estudios confirman en que unas rutinas personalizadas de yoga acuático, de al menos 8 semanas, es suficiente para percibir mejoras en reducir la masa corporal.
- Elimina el estrés y las tensiones. Tanto la temperatura del agua como la música de fondo, junto con los movimientos de ésta actividad, proporcionan una relajación que suele obtenerse mediante la meditación.
- Minimizar el impacto de las articulaciones. Permite practicar actividad física, sin comprometer el estado de las articulaciones.
Puede practicarse de forma individual o en grupo, ya que también es un espacio para fortalecer las relaciones sociales.