La ansiedad, se experimenta cuando nos anticipamos a un peligro o circunstancia que todavía no ha sucedido, por lo que se relaciona con el futuro. En casos como estos, el temor nos invade y sentimos una serie de síntomas físicos, como la respiración acelerada, la tensión muscular y aumento en los latidos del corazón. La ansiedad que comentamos en este artículo, la anticipatoria, ocurre cuando tenemos el pensamiento de lo peor que puede suceder ante una situación, que aún no ha ocurrido. Es frecuente en determinadas ocasiones, sentir cierta ansiedad e incluso, puede ser necesario, pues nos pone a alerta y ayuda a afrontar las circunstancias, de manera más eficaz.
La definición de ansiedad anticipatoria, puede ser difícil de entender, ya que de por sí toda ansiedad es anticipatoria, pero, es importante tener en cuenta los distintos tipos de ansiedad que pueden sentirse. En este caso, la ansiedad anticipatoria se diferencia de la ansiedad generalizada, en que sus síntomas se producen únicamente, antes de ciertas situaciones específicas y concretas. Por lo que, dicha ansiedad anticipatoria, podría definirse como la angustia o el miedo severo al pensar que pueden suceder cosas negativas en determinadas situaciones. Las causas por las que se generan este tipo de ansiedad, pueden varia en función de cada persona, pero las más comunes suelen ser:
- Por problemas de autoestima e inseguridad personal.
- Por padecer otros trastornos de fobia o ansiedad.
- Por la intolerancia a la incertidumbre y la necesidad de tener todo lo que nos rodea bajo control.
- Por la escasez de refuerzos positivos durante la niñez.
- Por un historial de fracaso en el pasado o por rasgos de un carácter obsesivo.
Además de sus causas, los ´síntomas que se manifiestan con la ansiedad anticipatoria, también pueden variar dependiendo de cada persona, frecuentemente siendo psicológicos, comportamentales y somáticos,