El Síndrome de Asperger, forma parte de los trastornos neurobiológicos que genera anomalías principalmente en las relaciones y comportamientos sociales. Aun que no sea muy conocido, suele ser un problema relativamente frecuente, pues lo padecen entre 3 y 5 niños de cada 1.000. Es un síndrome que suelen padecer con mayor frecuencia las personas del sexo masculino. Debe su nombre al pedíatra que lo descubrió allá por el año 1944, pues descubrió una serie de anomalías en el comportamiento de los niños que seguían ciertos patrones.
En la actualidad, gran variedad de trastornos se incluyen dentro de lo que se denominan espectros autistas, una categoría que agrupa varios tipos de anomalías diferentes en cuanto a su gravedad. Las personas que padecen el síndrome de Asperger, se encuentran en el extremo de alto funcionamiento del espectro autista. Como mencionábamos anteriormente, éste síndrome no es muy conocido entre la población en general, ni incluso por algunos profesionales médicos. Por otro lado, tiene la dificultad de detectarse por el motivo de que la discapacidad, no es evidente.
Las personas que lo padecen, presentan un aspecto completamente normal, con una inteligencia adecuada e incluso, es muy frecuente que poseen habilidades especiales en ciertas actividades. Se manifiestan las dificultades del síndrome de Asperger, mediante los comportamientos sociales que no son del todo apropiados, pero su desempeño en la vida cotidiana es normal, con la presencia de una inmadurez en sus relaciones sociales. Una de las diferencias que se pueden notar a simple vista, es que se muestran como personas excéntricas, con una serie de dificultades en la motricidad como torpezas.
Muchos son los científicos que concluyen que la causa de este tipo de trastorno, se debe a la genética, pues la imágenes cerebrales de las personas con síndrome de Asperger, no tienen patrones comunes. Lo que se conoce a ciencia cierta, son sus síntomas más típicos:
- Falta de habilidades motrices.
- Dificultad para establecer vínculos sociales.
- Reacciones emocionales desproporcionadas.
- Necesidad de seguir una rutina y angustia en caso de que se vea afectada.
- Incapacidad para mostrar empatía.
- Dificultad para establecer un contacto visual.
- Intereses muy reducidos.
- Tienen muy baja la tolerancia a la frustración.
- Emociones poco coherentes en situaciones.
El síndrome de Asperger, es muy difícil de diagnosticar, ya que al presentar estos síntomas, pueden ser interpretados como problemas del propio carácter del niño. Esto supone una dificultad muy elevada, pues el diagnóstico precoz de las patologías, mejoran de forma significativa cualquier pronóstico.