La rotura fibrilar, es una de las lesiones más frecuentes entre los deportistas, aunque también la puede padecer las personas sedentarias de forma menos habitual. El periodo de recuperación que este tipo de lesión requiere, es bastante prolongado, por lo que mantiene al deportista de toda actividad física que le haya causado dicha lesión, hasta que se recupere por completo.
Tal y como su nombre indica, la rotura fibrilar ocurre tras romperse las fibras musculares, ya que los músculos se componen de estas mismas en mayor o menor cantidad, dependiendo del nivel de entrenamiento de la persona y de su localización. También, estas fibras se agrupan en paquetes musculares, y decenas de estas agrupaciones, terminan formando un músculo entero. De esta manera, las roturas fibrilares se clasifican por su gravedad, dependiendo esta de la cantidad de fibras que se hayan roto. Se clasifican en 3 niveles, el primero es al que forman parte las roturas que tienen una menor gravedad, mientras que las clasificadas en el tercer nivel, serán las que tienen un peor diagnóstico para el deportista.
Estas fibras musculares, tienen la función de contraerse para realizar cualquier movimiento que necesitemos, y según lo entrenado que esté el músculo, tendrá una cantidad u otra de fibras, siendo los que tienen más de estas, los que hagan más fuerza. Cuando exigimos a nuestros músculos un esfuerzo mayor que no es capaz de realizar y se emplea más fuerza de lo normal, estamos incentivando a la rotura de sus fibras. Este esfuerzo, puede ser por esfuerzos bruscos o darse también por la acumulación de esfuerzos menores.
En las personas sedentarias, ocurre todo lo contrario, ya que sus músculos están poco entrenados. Ante esta situación, se considera brusco cualquier cosa, desde correr para coger a tiempo el autobús o una mudanza, ya pueden desencadenar una lesión de rotura fibrilar, aunque también, pueden deberse por una alimentación insuficiente o por patologías que desarrollan problemas en la circulación sanguínea.
Visto todas las posibles causas que pueden desencadenar una rotura fibrilar tanto en deportistas como en personas sedentarias, podemos previsualizar diferentes maneras de prevenir que ocurra dicha lesión. No obstante, aclararemos en otro artículo, cómo podemos prevenir una rotura fibrilar y la rehabilitación o tratamientos que requiere para su curación adecuada.