El dolor, se define como una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada o similar al daño potencial. A menudo, suelen establecerse diferencias entre el dolor crónico y el dolor agudo, debido a que es una clasificación más oportuna para distinguir ambos. El dolor puede experimentarse de forma diferente, y al margen de las sensaciones personales que también dependen del umbral de dolor de cada individuo, existen otros criterios objetivos que se emplean para hacer la clasificación.
La mayoría de la gente, asocia el dolor con algún problema subyacente, exceptuando experiencias como en dolor psicológico o el dolor fantasma. De manera frecuente, se suele desencadenar otros síntomas como la debilidad, náuseas, somnolencia o mareos, y en las experiencias crónicas, se puede generar ansiedad, estrés e incluso depresión. Otros criterios que nos permiten establecer diferencias entre un dolor y otro, son orientativas, por lo que hay que tener en cuenta que solo un profesional, puede hacer un diagnóstico según las características.
- Por su duración: el dolor crónico y el dolor agudo, pueden diferenciarse por su duración, ya que según los investigadores, se aconseja un diagnóstico como dolor crónico, a aquellas experiencias continuas que llegan a los seis meses. Por lo que los dolores leves o agudos, tiene una duración menor al mencionado.
- Por su intensidad: la intensidad en ocasiones, sirve para establecer también las diferencias entre ambos dolores. Aunque no se cumpla en todos los casos, el dolor crónico suele ser de intensidad moderada o intenso, y en el dolor agudo generalmente por ser leve o moderado.
- Por el desencadenante: este es el criterio más sólido para establecer diferencias entre el dolor crónico y el dolor agudo. El agudo, es provocado por una enfermedad, lesión o condición específica, por lo que se trata de un síntoma de una afección subyacente. Por otro lado, el dolor crónico no es un síntoma, sino una condición en sí misma, por lo que suele denominarse como un estado patológico, ya que no siempre se detecta lo que esta generando dicha dolencia.
En cuanto al tratamiento y el diagnóstico, ambos dolores tienen los suyos característicos. Y por último, en cuanto a su impacto posterior, el dolor crónico tiene una serie de consecuencias en la vida de quienes lo padecen, ya que su calidad de vida se siente en todos los aspectos, así como su relación con el dolor, limitando sus experiencias sociales, recreativas o deportivas.