Las dietas tradicionales, son siempre una atracción turística para muchos, ya que mediante los distintos sabores que ofrece, se puede viajar mentalmente desde cada uno de los platos de la comida tailandesa. En este tipo de dieta, se reflejan sus valores nutricionales y culturales, ya que pretende combinar el placer para el paladar, como las cualidades medicinales de sus ingredientes.
En su base, contiene abundantes verduras y hierbas frescas, además de arroz, carne y mariscos, que se condimentan con especias. Los platos más fáciles de elaborar que no requieren mucho tiempo, y debido a ello también son más conocidos, son los currys, las ensaladas o las sopas. Dicho esto, no cabe duda de que disfrutar de un plato típico de la cultura tailandesa, no es tan difícil de lo que podemos imaginar.
En las cocinas de Tailandia, las elaboraciones están repletas de sabores intensos con amplios sabores de salados, picantes, amargos y dulces. Aunque puedan parecer difíciles de preparar por nosotros mismos, lo cierto es que podemos elaborar los platos más sencillos con una serie de ingredientes que no deben faltar para ello:
- Especias: estas son muy frecuentes en todas los platos típicos, pues gracias a ellas, los platos adquieren sabores y colores muy típicos. Algunas de ellas son por ejemplo: la cúrcuma, el cardamomo, el ajo o los chiles.
- Leche de coco: este tipo de grasa, no suele faltar en los currys y en algunas sopas tradicionales.
- Arroz: es el cereal básico por excelencia en el país oriental, ya que el trigo no suele estar presente. Esto es muy positivo sobre todo para las personas que padecen celiaquía.
- Tofu: en Tailandia, su elaboración es fresca día a día, aportando grandes cantidades de proteína vegetal con aminoácidos esenciales, que hace ser una alternativa a la carne o al pescado.
Este tipo de dieta por lo general, puede considerarse como una opción saludable de alimentación, ya que se basa en una amplia variedad de ingredientes, con gran presencia en vegetales. No obstante, algunas de sus formas más típicas de cocinar y condimentar los platos, pueden tener una serie de efectos no tan positivos como los deseados.