La leche y sus derivados, son muy importantes a cualquier edad, pero en edades de desarrollo, son especialmente fundamentales, debido a su papel en el sistema óseo. Los lácteos, son alimentos muy completos que contienen diferentes cantidad de proteínas, agua, azúcares como la lactosa y grasas, con una presencia importante de vitaminas A, B y D entre otras. Lo que más destaca de los lácteos, es su contenido en calcio, el ingrediente esencial que emplea la naturaleza humana para la salud y el desarrollo de todos los huesos.
La leche que empleamos a diario, y la más habitual, es la de vaca, aunque en otras culturas y países, es más consumida la de cabras y ovejas. Una de las más tomadas, es la leche entera, la materia más empleada en otros alimentos derivados de ésta, como por ejemplo, en la elaboración de quesos tiernos, en la cuajada, en la leche semidescremada, en yogures o en otros quesos curados.
Aunque el calcio lo podamos encontrar en otros alimentos de origen vegetal, no consiguen proporcionar la misma cantidad suficiente de la que se requiere, por lo que su ingesta debe ser diaria y no inferior a tres vasos u otras alternativas lácteas, como yogures y quesos. Actualmente, podemos encontrar en todos los supermercados, diferentes tipos de leche, pues algunas son modificadas, reduciendo o sustituyendo sus componentes naturales. Esto ocurre por ejemplo, en las leches que sustituyen la grasa natural, por ácidos grasos omega 3.