El glisofato, es un herbicida creado para la eliminación de hierbas y de arbustos, pues es absorbido por las hijas y no por las raíces, aplicándose por medio de inyecciones o mediante un pulverizador. La presencia de este herbicida, altera la microbiota de las abejas y las hace más susceptibles a las infecciones. Según un informe de ecologistas, revela que el polémico herbicida está muy presente en los ríos españoles, lo que supone que su uso es un tanto abusivo.
Por este dato, se demuestra que un uso desmesurado de este pesticida, arrastra una controversia sobre sus efectos en la salud de las personas y en el medioambiente. Este herbicida, está siendo más investigado por si tuviese una relación con el aumento del riesgo de sufrir, un linfoma de Hogdkin, ya que se libera al medioambiente y, a través del aire, el agua o la tierra, pasa a las personas, pero también puede resultar tóxico para animales como las abejas.
Pese a la existencia del debate sobre el uso de este herbicida, el glisofato no está prohibido en ningún país de la unión europea.