Los pensamientos obsesivos, pueden condicionar nuestra vida, pues son aquellos a los que les damos miles de vueltas en la cabeza sin poder evitarlo, provocando que nuestra preocupación y nivel de ansiedad aumente. El Consejo General de Psicología en España, define a estos pensamientos como una forma de preocupación patológica que tiene que ver con la ansiedad y la depresión, aunque este exceso de rumiación, lleva a una mayor probabilidad de recaer en dichos trastornos.
Estos pensamientos, suelen aparecer de manera intrusiva y afectar a nuestro bienestar, debido a la ansiedad, preocupación y nerviosismo que provocan al creer que pueden hacerse realidad. Un ejemplo claro de estos, es creer en la posibilidad de que nos despidan del trabajo por haber cometido un error o pensar en que vamos a recibir una multa de tráfico, simplemente por creer que nos hemos saltado un semáforo. Estos pensamientos irracionales, normalmente no suelen llegar a cumplirse, por lo que es mejor no seguir pensando en ellos.
El problema de estos pensamientos obsesivos, es que resulta complicado ponerles freno, pues adelantarse a los posibles problemas que puedan surgir en diferentes situaciones y circunstancias de la vida, solo provocan malestar y ansiedad, lo que condiciona al resto de las acciones. Los pensamientos mencionados, suelen relacionarse con el TOC (trastorno obsesivo compulsivo), aunque también suelen ser frecuentes en personas con ansiedad, depresión o en aquellas diagnosticadas con algún tipo de alteración de la personalidad.
Para combatir este tipo de pensamientos intrusivos, podemos buscar la ayuda profesional de un psicólogo, con el objetivo de impedir que estos, condicionen nuestras vidas. Además, actualmente existen varias terapias personalizadas con las que podremos sentirnos mejor al cabo de un tiempo. Si es tu caso o conoces a una persona que padezca los problemas relacionados con los pensamientos intrusivos, no dudes en buscar ayuda profesional en el menor tiempo posible.