La paciencia es la capacidad para tolerar y aceptar las dificultades, demoras e incertidumbres con fortaleza, enfoque y calma. Para referirnos mejor aún a la paciencia, podemos decir que se refiere a la habilidad de permanecer ecuánimes ante cualquier situación incómoda o molesta, destacando que no todas las personas, tienen la cualidad de ser pacientes. Actualmente, el saber esperar se ha reemplazado por la inmediatez de una realidad cada vez más tecnológica y demandante. Al incrementar las revoluciones del ritmo de vida, impide que afrontemos las cosas en su debido tiempo y adecuadamente.
La importancia de ser pacientes, está en la posibilidad de hacernos más fuertes para afrontar la incertidumbre o la frustración, lo que implica que sufriremos menos. Además, la paciencia tiene una relación estrecha con el autocontrol y la tolerancia a la frustración, ya que sin duda, son componentes esenciales para alcanzar el éxito y potenciar el crecimiento personal.
Cuanta más paciencia se tiene, más mayor será la capacidad para tomar decisiones más acertadas, ya que no se actuará desde la impulsividad ni la emocionalidad. Por otra parte, ser personas pacientes, contribuye a nuestras relaciones personales, aprendiendo a soportar los inconvenientes de la vida, ser más comprensibles y amables con los que nos rodean. Según la mayoría de evidencias científicas, los beneficios de ser pacientes son:
- Menos probabilidad de contraer depresión.
- Conseguir un mayor éxito en el trabajo en equipo.
- Disminuye la depresión y la ansiedad.
- Tener mayor precisión a la hora de actuar.
- A una menor propensión a las adicciones.
Tal y como puedes observar, ser pacientes no se trata de aguantar las incomodidades del día a día, sino de fortalecer nuestra personalidad, con el objetivo de llevar una vida más sana a nivel físico y emocional.