Por si fuera poco, tras la escalada de la pandemia y en proceso de recuperación de ésta, conocíamos el brote mundial de la viruela del mono, el cual ha sido noticia de salud en todo el mundo. Este virus no se trata de una enfermedad nueva, ya que desde hace cincuenta años se han reportado algunos casos en el ser humano. Su denominación puede resultarnos confuso y la circulación que llega, no siempre puede ser la correcta y crear controversias, por lo que en este artículo nos informaremos sobre qué trata, sus causas, el origen y su propagación mundial.
Ya desde los años ochenta, los casos de viruela del mono se empezaron a multiplicar constantemente a un ritmo lento. El primer caso en humanos, fue detectado en un niño del Congo que tenía unas vesículas parecidas a las de la viruela, pero no llegaba a cumplir todas las condiciones como para declararse esa enfermedad que ya se conocía. No obstante, este virus ya se había iniciado en primates, mediante un brote en animales de laboratorio que fue registrado en el año 1958. La viruela del mono, pertenece al grupo de los Orthopoxvirus, y hasta el momento son cuatro las especies de esta categoría que tienen capacidad de infectar a los humanos (virus como el de la viruela, el de vaccinia, el de la viruela bovina y el de la viruela del mono).
En cuanto a la transmisión de este virus, es de tipo zoonótica, es decir, que va desde animales a humanos. Aunque su nombre haga sospechas que los primates no humanos son los principales responsables del paso hacia nuestra especie, lo cierto es que varias investigaciones apuntan a lo roedores, ya que el consumo de ellos en las casas rurales, la caza para erradicarlos como plagas y la manipulación de ratas y ardillas, parecen ser el primer punto de contacto para la infección. El brote del que somos conscientes actualmente de la viruela del mono, se debe a la transmisión interhumana, pues las zonas geográficas lejanas y la simultaneidad de los casos, descartan que todos sean por el paso zoonótico del agente.
Lo más llamativo que resulta sobre este nuevo brote, es la cantidad de pacientes afectados en la transmisión, incluso con persones en quienes no se puede definir la cadena, al no saber cómo pudieron contagiarse. El periodo de incubación de éste virus, oscila entre el sexto y el decimo sexto día, teniendo un promedio de dos semanas y tratando de un cuadro clínico que inicia con fiebre de uno a cuatro días, dolor de cabeza, somnolencia, fatiga y mialgias. El brote dérmico característico comienza después de los otros síntomas, comenzando en el tronco del cuerpo y siguiendo hacia las extremidades.