La catatonia es un síndrome neuropsiquiátrico que alteran al afecto, la consciencia y al pensamiento, generando en ocasiones la paralización y ausencia del cuerpo de la persona que lo padece. Se forma por un cuadro médico que puede llevar a graves complicaciones, por lo que se profundizó en su investigación en la psiquiatría y en la neurobiología. Se describe como un tipo de condición que puede vincularse su aparición con una cantidad elevada de alteraciones psiquiátricas. La catatonia se divide en:
- Catatonia Excitada: en la cual la persona que lo padece, se puede mover pero de manera impulsiva o incluso violenta.
- Catatonia Acinética: es de la más frecuente ya que se manifiesta con interrupciones como por ejemplo no responder a los estímulos o quedarse sin habla.
- Catatonia Maligna: en este caso, se añaden otras alteraciones aún más graves como los problemas respiratorios o cardíacos. Pueden presentarse situaciones graves como la deshidratación, riesgo de tener infartos o una insuficiencia renal.
Para identificar dicho trastorno, es importante tener en cuenta un conjunto de criterios en su diagnóstico, ya que pueden ser los siguientes:
- Síntomas Físicos: la dificultar de realizar movimientos, rigidez muscular y articular, o la parálisis en posturas llamativas y poco naturales.
- Síntomas Psicológicos: es frecuente vincular la catatonia con la depresión, teniendo como consecuencia, las alteraciones llamativas y comunes en su estado de ánimo, la pérdida de interés por sus responsabilidades o relaciones, tener sentimientos de tristeza, indefensa o irritabilidad.
Es importante que toda persona que presente los síntomas anteriores, acuda a su médico y poder consultar a un especialista, para que pueda derivarle a terapias o sesiones de psicoeducación y conocer su realidad, saber actuar y prevenir sus ataques.