Las abejas tienen un papel muy importante no solo por la utilidad de sus productos, sino por su labor en la naturaleza. Entre los productos de las abejas podemos encontrar la miel, la jalea real, la cera, el propóleo, y por último, la apitoxina, también conocido como el veneno de la abeja.
La apitoxina, se utiliza como un tratamiento en terapias, ya que gracias a sus propiedades aporta diversos beneficios para favorecer la prevención de algunas enfermedades y para la salud. Las abejas también utilizan su veneno a modo de defensa ante un peligro o en caso de amenaza, produciendo un pinchazo doloroso con su aguijón. Si alguna vez te ha picado una de éstas, sabrás de primera mano lo molesto que es ducha experiencia.
Ya antiguamente, se hablaba del efecto que tiene la apitoxina sobre el ser humano, ya que muchos defensores de la terapia con abejas aseguran que un emperador fue curado de la gota gracias a ella. Para su uso medicinal, los apicultores obtienen la apitoxina utilizando una descarga eléctrica, creando la estimulación en las abejas para que piquen sobre un cristal y depositen de tal forma el veneno. Y una vez visto como se extrae… ¿Qué beneficios se pueden obtener con la apiterapia?
La apiterapia, se utiliza como coadyuvante ante los síntomas de patologías musculares y articulares, también puede favorecer una mejora en pacientes de padecen psoriasis, lumbago, trastornos autoinmunes y jaquecas. Además se puede emplear como un ayudante para la salud mental, ya que son su aplicación puede reducirse la ansiedad o el estrés. Otros usos que puede tener la apiterapia son los siguientes:
- Antiinflamatorio y analgésico.
- Ayuda a la hipertensión por su efecto anticoagulante.
- Antibacteriano y analgésico.
- Elimina las toxinas y mejora el metabolismo.