La duración de la bronquiolitis infantil, se estima en un periodo medio de doce días, pudiendo tener una tos persistente por unas semas más. Para prevenir la aparición de esta enfermedad, debemos centrar especial atención al lavado de manos frecuente y sobre todo, evitar espacios donde puedan encontrarse niños resfriados o con tos, y evitar la inhalación de humo para el bebé.
Dado a que se debe a una enfermedad infecciosa, no se tiene un tratamiento específico para ello, ya que no puede recetarse ningún medicamento o antibiótico al no tratarse de una enfermedad bacteriana. Pero cabe informar, que no esta todo perdido, si un bebé padece bronquiolitis, existen remedios y soluciones para el tratamiento de los síntomas, como el uso de las soluciones salinas para limpiar las fosas nasales, el uso de humidificadores de vapor para ablandar la mucosidad y aliviar la tos o la congestión nasal, administrar antitérmicos para reducir la fiebre o aumentar el consumo hídrico.
En algunas circunstancias, suele emplearse los broncodilatadores, medicamento que se administra mediante inhalaciones o nebulizaciones y en casos más graves, puede ser necesario utilizar la oxigenoterapia, es decir, utilizar un respirador mecánico.