A veces, necesitamos parar y dedicar el tiempo al descanso físico y mental. Muchas personas en estos tiempos, se ven saturadas, agobiadas y con las prisas de cada día, por no hablar de los problemas que esto provoca como el estrés o la ansiedad. Los inicios de las semanas como son los lunes, se hacen bastantes pesados y cuesta arriba, por lo que si puedes permitírtelo, encuentra un rato en el que no hagas nada de nada.
No hacer nada, puede resultar aburrido para muchas personas, pero para otras, puede suponer un gran descanso que aporte además altos beneficios a nivel físico y mental. Asomarse a la ventana, echarse una siesta, observar como cae la lluvia, perder la mirada en un punto o hacer otras cosas que no requiera de esfuerzo o preocupación, forma parte de eso que denominamos no hacer nada.
Aburrirse o no hacer nada, no significa ser menos productivo, significa echar el freno y dedicar un tiempo a encontrar el descanso que ayude a curar el estrés, la depresión o la ansiedad, por lo que muchos psicólogos lo recomiendan. El no hacer nada junto con técnicas de relajación, pueden ser una herramienta bastante útil, para aliviar todas aquellas tensiones acumuladas y conseguir una desconexión mental. Pero no sólo podemos conseguir lo anterior descrito, sino que además, no hacer nada puede aportarnos los siguientes beneficios:
- Ayuda a encontrar la creatividad, la reflexión y dejar la mente en blanco.
- Conseguir la paz interior, devolviendo la calma y favoreciendo la autoconfianza en uno mismo.
- Previene y mejora el estrés, ya que reduce los trastornos de ansiedad y los niveles de cortisol. Esto puede ayudarnos a conocernos mejor y a tomar decisiones mejores.
Para que puedas beneficiarte de todo lo anterior, debes desconectar digitalmente y perder una hora al día, dejando en ella que el cuerpo y la mente descansen. En esa hora, olvídate de los planes y deja libre la incertidumbre.