Las terapias de liberación miofascial, son técnicas empleadas para prevenir y aliviar problemas de movilidad y dolores posteriores a una lesión, ya que abordan zonas concretas del cuerpo y consiguen el movimiento de las fascias musculares ubicadas debajo de la piel. Este tipo de terapias, son utilizadas por los fisioterapeutas o masajistas, para conseguir recuperar la funcionalidad de los tejidos.
Una fascia es el tejido que rodea nervios, músculo, vasos sanguíneos, linfáticos y vísceras, encargándose también de conectar los órganos y permitir la actividad biomecánica. La liberación miofascial, facilita tanto la movilidad como la circulación celular y la elasticidad en los tejidos, ante problemas de estrés, daños por lesiones o por inactividad. Las presiones empleadas en esta técnica, son ligeras y constantes, de forma que consiguen soltar la tensión de la zona a tratar y aliviar el mal estar generado, tanto en dicha zona como en otras de alrededor o alejadas.
Uno de los mejores beneficios que podemos obtener tras esta técnica, es la movilidad inmejorable de nuestro cuerpo, por la relajación que se ha conseguido en los puntos denominados «gatillo», ya que mantienen en buen estado el organismo, mejora la circulación y elimina las toxinas por los conductos linfáticos.
No obstante, este tratamiento también tiene sus contraindicaciones. ya que no se recomienda a personas que toman anticoagulantes o padecen condiciones metabólicas, sufren fracturas u osteoporosis. Tampoco es empleada cuando hay heridas abiertas, quemaduras, patologías infecciosas, estado gestacional o fiebre.