Como ya podemos observar, el cambio climático está avanzando cada vez más, teniendo como consecuencia una serie de problemas para la especie humana. Las emisiones de productos de desecho a la atmósfera y los gases, son los desencadenantes de la contaminación atmosférica, por lo que muchas personas, son cada vez más conscientes de las medidas que se deben tomar para que la contaminación no vaya a más, tomando una serie de medidas como de tipo dietético en éste caso.
Este tipo de dieta, no sólo tiene el objetivo de conseguir una alimentación saludable, sino que también, se preocupa por la procedencia de los alimentos y por el impacto medioambiental de la producción de los mismos, por lo que va más allá del concepto de salud. Por lo tanto, se puede definir como una dieta cuyo objetivo principal es reducir el impacto del ser humano en el planeta, reduciendo su huella ecológica. En la dieta sostenible, se consumen alimentos autóctonos, por lo que se disminuye los gastos de combustible, derivados de los transportes internacionales.
Los pilares que sostiene esta dieta, son por una parte sostenible y saludable, pues no sólo aporta su granito de arena en mejorar el medio ambiente, sino que además, aporta resultados beneficiosos para la salud de nuestro organismo, pues los alimentos que se consumen en ella, escasean de procesamientos industriales, restringiendo el consumo de aquellos que han sido sometidos a largos refinamientos, por lo que se evita padecer muchas patologías complejas, como la diabetes. Además de mejorar nuestro sistema metabólico, también mejora nuestro sistema cardiovascular, pues el consumo de vegetales, reduce el riesgo de padecer enfermedades cardíacas.
Además de reciclar, como has podido comprobar, con nuestra alimentación también podemos contribuir al cuidado del medio ambiente y evitar que el cambio climático vaya a más. Respetar el planeta es esencial para la continuidad de la vida del ser humano, ya que la misma tiene consecuencias para la salud del ser humano y afectarnos a todos.