La circulación sanguínea, puede verse afectada en sus aspectos a causa de la alimentación que sigamos, pues la fluidez de la sangre y la flexibilidad de las arterias, también deben su estado dependiendo del tipo de alimentos que consumamos. Los problemas en el sistema circulatorio, pueden generas varios inconvenientes en nuestra salud y estos, cada vez son más habituales entre la población. Por ello, es importante tener en cuenta cuáles son los alimentos que perjudican a la circulación sanguínea, con el objetivo de reducir e incluso de eliminar su consumo y beneficiar de tal modo, a la salud de nuestras venas y arterias.
Las dietas que son ricas en azúcares, grasas y algunos minerales, son también dañinas para los vasos sanguíneos y para el flujo de sangre normal, pero además de los alimentos, también influye otros aspectos y hábitos de vida saludables que pueden estar perjudicando la salud del sistema circulatorio. Cada síntoma y tratamiento de las enfermedades, son distintas en función de las patologías previas de la persona y en cuento a la gravedad de las mismas, pero existen unas pautas y rutinas que pueden llevarse a cabo, con el objetivo de prevenir tanto su aparición, como posibles futuras complicaciones. Los alimentos que debemos evitar consumir de forma frecuente, y que dañan a nuestra circulación sanguínea, son:
- Carne roja y procesada. El consumo de carnes rojas, ya de por sí se consideran un factor de riesgo para padecer problemas de circulación y enfermedades cardíacas.
- Alimentos con grasas hidrogenadas. Estos ácidos grasos trans, aunque se encuentren presentes de forma natural en algunas carnes, muchos son los nutricionistas que aconsejan regular su consumo, debido a los grandes efectos negativos que tiene para la salud. Las grasas hidrogenadas, aumentan la presencia de colesterol malo en sangre y los triglicéridos.
- Azúcares añadidos. Son otros de los ingredientes que más problemas de salud causan, incluso para la circulación sanguínea, debido a su elevado valor calórico, que conduce a padecer con mayor riesgo una obesidad y diabetes tipo 2.
Los alimentos ricos en sodio, al contener este mineral, también puede dañar tanto a las arterias como a los más pequeños vasos sanguíneos. Este mineral, al favorecer la retención de agua, el volumen de la sangre aumenta, `pudiendo provocar con ella, una subida de la presión arterial.