Los más pequeños del hogar, tienden a cambiar tras el paso de los años, por lo que sus necesidades energéticas, deben adaptarse a las demandas que tienen en cada una de sus etapas. La nutrición infantil, contempla factores como el ritmo del desarrollo y el crecimiento, el apetito, la actividad física, los gustos y el estado de salud. Aunque cada niño sea diferente, lo cierto es que existen una serie de pautas que se recomiendan de forma general, para marcar una dieta sana y equilibrada.
Debido a que se dan distintas etapas vitales, cada una de ellas tienen unos requerimientos propios, por lo que a continuación las conoceremos de forma detallada:
- EN EL PRIMER AÑO DE VIDA. En esta primera etapa, la leche es el alimento estrella, principalmente la leche materna ya que al menos durante los seis primeros meses, debido a la transmisión de defensas al bebé y el aporte de numerosos nutrientes que necesita. Esta alimentación, se lleva a cabo por demanda, o dicho de otra forma, cuando el bebé lo solicita y en cuanto a su duración, se debe permitir al bebé que succione la cantidad que precise.
- ENTRE EL PRIMER Y TERCER AÑO DE VIDA. Esta es la etapa en la que se establece de forma definitiva los hábitos alimenticios, por lo que la influencia de los padres, es muy importante. Este periodo, es muy característico, por ser una transición entre el crecimiento muy rápido, por parte del lactante, así como el crecimiento estable posterior.
- ENTRE LOS 4 Y 8 AÑOS DE VIDA. Tanto la alimentación como la realización de ejercicio físico, son las claves fundamentales para el desarrollo, durante este periodo. En estas edades, los niños ya pueden comer por sí solos y el consumo de alimentos puede que no sea uniforme, pues habrá comidas muy abundantes y otras escasas. Por lo tanto, debemos procurar seguir las recomendaciones del pedíatra en cuanto al estilo de vida que lleven a cabo.
- ENTRE LOS 9 Y 13 AÑOS DE VIDA. Esta etapa, se caracteriza por un crecimiento, lentamente progresivo durante la primera mitad, para poder finalizar con un crecimiento más acentuado, con el estirón puberal.
En la nutrición infantil, es preferible establecer una dieta una dieta estable a seguir para los niños, por lo que ciertas características que debemos recordar, servirán para que los adultos, adapten criterios saludables en las comidas. Hay que acostumbrarles a comer de todo, ya que esto hará que sigan una dieta variada en alimentos. Por otro lado, hay que incluir la distribución de los alimentos a lo largo del día, para conseguir un equilibrio en sus dietas y obtener todos los nutrientes que necesitan. También hay que procurar que sean comidas tanto apetecibles como divertidas, por lo que habrá que buscar dicho empeño.