Ser productivos en todo momento, forma parte de nuestra sociedad día tras día, por ello, nos empeñamos en saturar nuestra agenda de tareas y responsabilidades. Aunque no sea algo malo ni fuera de lugar, esto puede provocarnos una serie de inconvenientes en nuestra salud, cuando se trata de algo obsesivo, pues nos invade la angustia cuando nos hemos dejado una tarea sin hacer o por no haber aprovechado el tiempo lo suficiente.
La obsesión por aprovechar al máximo el tiempo, como decíamos anteriormente, tiene consecuencias perjudiciales para nuestra salud tanto física como mental. La definición de «cronopatía», tal y como su nombre indica, se caracteriza por la obsesión al tiempo y a la dificultad para detenerse, incluso ante el agotamiento. Aunque esta aún se se haya clasificado como un trastorno mental más, debemos tener en cuenta lo que conlleva y provoca en nuestro bienestar. Las características y síntomas que presenta una persona que padece de cronopatía son:
- Viven en todo momento acelerados.
- Tienen una dificultad enorme para descansar y detenerse, pese a estar agotados.
- Sienten frustración, culpa o ansiedad cuando no realizan actividades productivas.
- Son impacientes y desean resolver todo inmediatamente.
- Tienen la necesidad de satisfacer la exigencia social de la productividad.
- No disfrutan el momento presente, de la compañía de sus seres queridos o de los pequeños placeres, debido a la obsesión y ajetreo del tiempo que pierden en hacer otras actividades.
El ritmo acelerado y los horarios ajustados que muchos tenemos en nuestro día a día, es todo lo contrario a lo que nos hacen creer, pues la mayoría de las veces, no nos deja disfrutar de lo que nos gusta todo lo que queremos. Aunque esté bien aspirar a la productividad, debemos saber que la obsesión por ello, puede sobrecargarnos y perjudicar de forma severa a nuestra salud y bienestar.