Durante el embarazo o postparto, pueden producirse intensas sensaciones de tristeza, desesperanza o apatía, siendo signos indicativos de una depresión perinatal, por lo que hay que conocer de que se trata para identificarla cuanto antes. Al convertirse en madre, el proceso puede resultar desafiante, pues el cuerpo cambia, las prioridades y las rutinas se ven modificadas y la identidad se transforma para organizarse en este nuevo entorno. Todas las exigencias físicas y emocionales que comprende el embarazo, pueden ser abrumadoras.
La depresión perinatal, se trata de un trastorno del estado de ánimo que tiene lugar durante el embarazo o en el primer año tras el parto. Por lo que engloba tanto la depresión prenatal como la depresión postparto. Constituye una entidad clínica, que más allá de la melancolía, reviste gravedad, que muchas mujeres experimentan en las primeras semanas tras dar a luz.
Este tipo de depresión, se caracteriza por una tristeza profunda y recurrente, acompañada de apatía, falta de interés e incapacidad de experimentar placer, presentando otros síntomas como:
- Inquietud, problemas de memoria y dificultad de concentración.
- Dolores y molestias psicosomáticas.
- Abandono del autocuidado y aislamiento social.
- Alteraciones en el apetito y en el sueño.
- Sensación de impotencia, vacío o desesperanza.
- Preocupación por el propio desempeño como madre y sentimiento de culpa…
Las causas por las que se desarrolla este tipo de depresión, no son únicas, pues se trata de una combinación de factores genéticos, personales e incluso ambientales. En mujeres con antecedentes propios o familiares de trastornos del estado de ánimo, pueden tener mayor probabilidad de padecerla. Por otro lado, hay que tener en cuenta que puede deberse a las alteraciones físicas y hormonales del embarazo y del postparto, ya que también contribuyen a su aparición.