Durante el embarazo, practicar actividades como el pilates puede resultar muy beneficioso, no solamente a nivel físico sino también a nivel emocional. Veamos cuáles son los principales beneficios que brinda la práctica de pilates a las embarazadas:
- Fortalece el suelo pélvico.
- Aumenta la autoestima.
- Reduce el miedo al parto, gracias a los ejercicios de respiración que ayudan a soportar mejor las contracciones.
- Mejora la flexibilidad y la coordinación.
- Previenen las venas varicosas, los dolores de espalda y las hemorroides.
- Combate los problemas de insomnio.
- Posible mejora de la dilatación, debido al trabajo de flexibilidad.
No obstante, hay que tener en cuenta que no todas las mujeres embarazas pueden practicar este tipo de actividad, pues si el médico no confirma unas condiciones óptimas para ello, no lo recomendará. Los casos en los que no suele recomendarse la práctica de pilates en embarazadas son:
- Cuando padecen de hipertensión arterial.
- Se padece preeclampsia.
- Si la gestante sufre cualquier condición de riesgo en el embarazo.
- Si se retrasa el crecimiento intrauterino.
- Si se produce una rotura prematura de las membranas.
Por lo tanto, es imprescindible acudir al médico para prevenir problemas durante la gestación y posteriormente, elegir el centro que ofrezca clases de pilates especialmente para embarazadas, ya que algunos ejercicios están contraindicados para ellas.