Este tipo de trastorno, se trata de un cuadro clínico caracterizado por la incapacidad de una persona a estar solo, por lo que tiene la necesidad de ser cuidado por otras personas de su alrededor en la mayoría de las ocasiones. Este trastorno, suele confundirse con tener rasgos de dependencia, no obstante, no son iguales y tienen sus diferencias.
El trastorno de la personalidad dependiente, crea una necesidad excesiva y generalizada, la cual se debe atender, debido a que conduce a un comportamiento aferrado, sumiso y genera un mayor miedo ante la separación. Suele caracterizarse por la falta excesiva de confianza en uno mismo, pues depende de una permanente necesidad de estar con alguien, con el fin de sentir seguridad, consuelo y apoyo.
Suele manifestarse durante la edad adulta temprana o media, aunque el problema pueda haberse iniciado en la adolescencia. Las personas que padecen este tipo de trastorno, tienen la necesidad patológica de establecer y mantener relaciones cercanas, para que puedan ofrecerle la seguridad y el soporte que no tiene por sí mismo. A ciencia cierta, aun no se sabe si este tipo de trastorno puede ser hereditario o se debe a causa de algún tipo de costumbre durante la infancia, donde se haya tenido cierta dependencia.
Este problema es muy poco común, ya que muchas de las personas que lo padecen, no admiten que lo padecen e ignoran la situación. Para determinarlo, se fijan una serie de criterios para diagnosticarlo: la necesidad de contar con otra persona para asumir responsabilidades propias, tienen la dificultad de tomar decisiones cotidianas si no cuentan con el apoyo y el consejo de otra persona, no se expresan ideas u opiniones por miedo a la desaprobación y desacuerdo de las otras personas.