La hemodiálisis es un tratamiento esencial, debido a que mantiene vivas a las personas que padecen de enfermedades renales crónicas, las cuales no tuenen acceso a trasplantes. Esta terapia consiste en una sustitución renal, con la finalidad de poder suplir de forma parcial, la falta de funcionamiento de los riñones. Tras este proceso, se bombea la sangre por medio de un filtro, situado fuera del organismo del paciente, pues actúa como un riñón artificial, para poder filtrar las toxinas y el agua de la sangre, tal y como ejercían los riñones cuando se encontraban sanos.
Al reproducirse un fallo renal considerablemente grave, impidiendo el funcionamiento de dicho órgano, éste mismo debe ser sustituido para no implicar consecuencias negativas a nuestra salud. Muchas personas, mediante un trasplante de riñón, mejoran de forma óptima, no obstante, también existen casos en los que esta opción no es posible o no hay donantes suficientes para ello, por lo que en estos casos, se opta por la diálisis peritoneal y la hemodiálisis. En esta última, la sangre se bombea mediante tubos blandos hacia un equipo con filtro, dejando pasar a las toxinas, al líquido adicional y a los desechos, pero, reteniendo los elementos requeridos para el correcto funcionamiento del organismo, como es el caso de los nutrientes y las células sanguíneas.
Antes de comenzar un tratamiento cómo este, se debe haber analizado todos los factores que conlleven a tomar dicha decisión, como el estado de salud general, los signos y síntomas que se presenten, la calidad de vida del paciente, la función renal y también las preferencias personales. Además, suele recomendarse su puesta en marcha en pacientes con una insuficiencia renal crónica, fijándose en los síntomas más comunes que ésta presenta, como por ejemplo los dolores de cabeza, las náuseas, la pérdida de peso injustificada, la inapetencia o la sensación de malestar.
Tanto la diabetes como la hipertensión arterial, son dos de las causas más frecuentes que conllevan una insuficiencia renal, existiendo muchas otras causas. Para evitar asistir a este tipo de pruebas, es fundamental cuidar de nuestra salud en general y realizarnos chequeos médicos anuales, con el objetivo de prevenir enfermedades crónicas.