Estas personas, son aquellas cuyo desarrollo del sistema nervioso, les permite tener la capacidad de percibir con mayor intensidad y facilidad las distintas sutilezas que el resto de personas, pasan por desapercibido. Tienen un sentimiento más intenso que los demás, pudiendo enfermar por ellos con síntomas o trastornos nerviosos, depresivos y relacionados además con el sistema inmune.
Es importante reconocer cuando se es una persona altamente sensible, para poder llevar un control y gestionar las emociones en el día a día. Las características más comunes que conforman a una persona altamente sensible son las siguientes:
- Mayor sensibilidad sensorial.
- Reflexión profunda sobre información recibida.
- Desarrollan de forma superior la capacidad empática.
- Tienden a saturarse y sobre- estimularse.
- Buscan momentos de soledad.
- Son personas muy creativas y solidarias.
- Tienen una gran capacidad de entrega y de búsqueda a las soluciones ante un problema.
Ser una persona altamente sensible, no es sinónimo de problema, ya que tienen la gran cualidad de mejorar la vida de los demás y la de sí mismos.