NIÑOS QUE SE MUERDEN LAS UÑAS

Resulta ser uno de los hábitos nerviosos más comunes en la vida de cualquier niño, y probablemente el que más se prolonga hasta la edad adulta. Morderse las uñas, además de chuparse los dedos o rechinar los dientes, son unas formas muy comunes que tienen los niños de aliviar las tensiones que sufren en su vida. Por ejemplo, afrontar la timidez al conocer a alguien o aprender cosas nuevas en el colegio. Estas situaciones pueden causar una pequeña ansiedad en el niño, que recurrirá a los hábitos nerviosos para tranquilizarse.

Para la mayoría de los niños, se trata solo de una fase, de manera que dejarán de hacerlo con el paso del tiempo. Sin embargo, si detectamos que no son capaces de dejarlo por si mismos, existen diversas maneras para conseguir eliminar este hábito.

¿Cómo conseguir que los niños dejen de morderse las uñas?

Aquí van algunos consejos para evitar que os niños se muerdan las uñas y reducir sus niveles de ansiedad y nervios.

1. Averigua la causa de sus ansiedades

Hay algo que debemos tener por seguro y es que el niño tiene algo que le motiva en su comportamiento a la hora de morderse las uñas. Si queremos eliminar este mal hábito, debemos averiguar de qué se trata. Puede que esté sometido a ciertas situaciones de estrés que puedas solucionar.

Una vez que averigües que es lo que le causa preocupación a tu hijo, lo más importante es que hables con él y le tranquilices. Una buena manera de ayudarlo a hablar de sus preocupaciones es rompiendo el hielo. Puedes bromear de forma inocente acerca del motivo por el que se muerde las uñas, esto hará que el niño adquiera la confianza suficiente para contarte que es aquello que verdaderamente le preocupa.

2. No recurrás al castigo

De la misma forma que ocurre con otros tipos de tics nerviosos, es muy posible que tu hijo ni siquiera sea consciente de lo que hace. Por lo que recriminarle o castigarlo por ello, no va a servir de nada. Ten presente que incluso a una persona adulta le cuesta dejar de hacerlo, una vez que adquiere el hábito.

Si verdaderamente te molesta que tu hijo se muerda las uñas, puedes comenzar a establecer ciertos límites. Por ejemplo, puedes prohibirle que se muerda las uñas cuando esté en la mesa.

Algo que debemos tener siempre presente, es que hay que evitar de todas las maneras posibles que el tema aumente de proporción y pase a ser un asunto lleno de emociones y estrés para tu hijo.

Cortarle las uñas para que no pueda morderlas puede ser una buena solución. También podemos hacer que tenga las manos siempre limpias, para evitar la exposición a los gérmenes y hacer que su atención esté centrada en otras cosas.

3. Habla con el niño para romper el hábito

Comunícate con tu hijo, hazle saber lo malos que son los hábitos nerviosos y cómo puede romperlos. A partir de aquí, debes tener claro cuánto te vas a involucrar en el tema. Puede que tu hijo, dependiendo de la edad que tenga, se sienta molesto si te involucras demasiado.

4. Haz que sea consciente de su hábito

Si quieres que el niño participe de forma activa en este tema, sin que lo vea como un castigo, debes hacer que sea consciente de lo que hace.

Por ejemplo, podéis acordar una palabra clave para que, cada vez que le pilles mordiéndose las uñas de manera inconsciente, deje de hacerlo. Se trata de una alternativa mucho más agradable que recriminarle por lo que está haciendo. De esta manera, se siente parte del plan y es muchísimo más sencillo para él dejar el mal hábito.

5. Ofrécele alternativas

Además, puedes sugerirle que realice una actividad alternativa, como resolver un puzzle mientras vais en el coche o incluso sujetar un objeto mientras lee su cuento favorito.

Realizar técnicas de relajación también puede ser una opción acertada para cuando le entren muchas ganas de morderse las uñas. Otra buena idea es tenerle lo más ocupado posible y que realice actividades en las que pueda gastar su energía y liberar presiones. Por ejemplo, a muchos niños les gusta realizar manualidades, y al mismo tiempo se relajan. También hay un montón de deportes adecuados para niños que pueden ayudar en este sentido.

BADEMES ILEGALES

Los badenes o resaltos de carretera también deben cumplir una normativa específica para ser considerados legales. Te contamos los diferentes tipos y qué procedimientos de denuncia de ilegalidad existen.

Tipos de badenes y sus dimensiones

Hay dos tipos principales de reductores de velocidad:

Sección transversal trapezoidal

Se conocen como pasos de peatones sobre-elevados y funcionan como pasos de cebra con un rasante algo superior al del firme, y cuentan con dos rampas (entrada y salida) con una meseta entre ellas (sección trapezoidal)

Según la ley deben tener como máximo 10 cm de altura (con 1 cm de margen), con una longitud de la zona elevada de 4 metros (con 20 cm de margen), aunque existen casos excepcionales previamente aprobados.

La longitud de las rampas debe ser de entre 1 y 2,5 metros en función de la velocidad máxima marcada para la vía (1 metro con limitaciones a 30 km/h, 1,5 metros para limitación de 40 km/h y de 2,5 metros para limitaciones de hasta 50 km/h). El borde de entrada puede tener 5 mm como medida máxima.

Lomo de asno

Conocidos como badenes de sección transversal de segmento circular debido a sus formas y se fabrican in situ. Tienen una altura máxima de 6 cm (con 1 cm de margen) y una longitud de 4 metros (con 20 cm de margen).Cuando son pre-fabricados sus dimensiones van en función de la velocidad máxima permitida:

*Máxima de 50 km/h – Menos de 3 cm de altura y más de 60 cm de longitud.

*Por debajo de 50 km/h – Entre 5 y 7 cm de altura y entre 60 y 120 cm de longitud.

*En todo caso, el borde de entrada entre la calzada y el badén debe ser como máximo 5 mm de altura para que no afecte tan negativamente a los vehículos que lo encaren.

Ubicaciones autorizadas para instalación de badenes y sus requerimientos

Está únicamente autorizados en las vías en las que la velocidad debería sea inferior, generalmente zonas con limitaciones entre 30 y 50 km/h.

La distancia entre badenes que vayan seguidos debe estar entre 50 y 200 metros, intentando que no superen los 150 metros.

Están además prohibidos en:

*Los primeros 50 metros de la entrada a una travesía siempre que sea más corta de 200 metros.

*En tramos con pendiente superior al 5%.

*Carreteras con más de 2 carriles de circulación sin mediana.

*En proximidades a intersecciones (los de lomo de asno).

Deben estar correctamente indicados con señalización (señal P-15ª, velocidad máxima y peligro peatones) y su imagen debe ser como sigue:

*Los sobre-elevados deben llevar bandas blancas trasversales en su zona central y terminar en triángulos en las rampas.

*Los de lomo de asno deben contar con 3 triángulos blancos sobre la parte ascendente.

¿Pueden los badenes dañar mi vehículo?

Sí, los badenes pueden dañar tu vehículo si no se toman ciertas precauciones. Aquí hay algunas maneras en las que pueden causar daños:

*Suspensión: Pasar sobre badenes a alta velocidad puede someter la suspensión a un esfuerzo adicional, lo que puede provocar desgaste prematuro o daños a los amortiguadores, resortes y otros componentes de la suspensión.

*Neumáticos: Los golpes bruscos pueden causar daños a los neumáticos, como abolladuras en las llantas, pinchazos o burbujas en las paredes laterales.

*Dirección: La dirección puede desalinearse si los badenes se atraviesan de manera agresiva, lo que puede resultar en un manejo menos preciso y un desgaste irregular de los neumáticos.

*Carrocería y chasis: Si el vehículo golpea el badén con demasiada fuerza, el chasis y la carrocería pueden sufrir daños, especialmente en vehículos con una altura baja. Los bajos del vehículo, incluyendo el cárter de aceite, el escape y otros componentes, pueden rasparse o dañarse.

*Frenos: Si reduces la velocidad bruscamente antes de un badén, esto puede aumentar el desgaste de los frenos.

Si los badenes no cumplen con las medidas establecidas es probable que estos posibles daños sean más probables. Si tu coche ha sufrido desperfectos por esta causa y tienes contratado un Seguro de coche puede que cuentes con la cobertura de Defensa Jurídica y de Reclamación de Daños por el cuál podrás reclamar al organismo correspondiente que habitualmente es el municipio en el que se encuentra situado el badén.